Fecha: 8, 9 de diciembre de 2006
Componentes: cespedes, rover, Trini
El lunes pasado estuvimos en el club, como todos los miércoles, para ver qué planes había para el fin de semana y a cuál nos apuntábamos.
Y cuál fue nuestra sorpresa al darnos cuenta de que nadie, repito, nadie de los habituales quería ir de espeleo. Y no es porque tuvieran socorro, ni algún curso, ni entrenamiento, ni competiciones; simplemente, estaban todos demasiado vagos como para salir. Así que decidimos montarnos nuestra propia salida, yendo a algún sitio que no conociéramos.
cespedes tiene un tío con casa en Valencia, y teniendo en cuenta que es prácticamente el único sitio de la península que iba a tener un tiempo aceptable, pensamos que sería interesante visitar alguna sima de la zona. Isaac nos recomendó el libro "Grandes Cuevas y Simas del Mediterráneo", así que lo cogimos para ver qué se podía hacer. Y nos decidimos por estas dos simas: Campillo y Llenca del Serrano, que son parecidas: las dos tienen bocas anchas, que dan a un pozo vertical por el que se baja en volado hasta una sala enorme, que constituye prácticamente toda la cavidad.
El jueves 7 de diciembre, a eso de las 21:00 salimos de Madrid, llegando sin muchos problemas (salvo un poco de lluvia y niebla por el camino) a Valencia a la 1:00. Tortilla de rover para cenar, comenzamos a ver un screener patético de la película "El Monje", y a la cama.
El viernes 8, rover nos despertó a las 10, desayunamos y nos dirigimos hacia la sima del Campillo, con la intención de hacerla por la mañana y la Llenca del Serrano por la tarde.
La encontramos sin muchos problemas, gracias a las coordenadas que nos dio Gabi, y nos pusimos con ello. Instala rover, sigue Trini y cierra cespedes.
La bajada es impresionante; la boca de entrada está directamente en la parte más alta de una sala de 225x100 metros, con una bajada de 52 metros en volado desde la que se ve prácticamente toda la sala, gracias a la cantidad de luz del día que entra por la boca.
El techo está lleno de pequeñas estalactitas, y en el suelo hay muchos bloques de rocas y algunas estalagmitas enormes. Todo el interior de la sala es fácilmente accesible, pero no tiene demasiado interés, aparte de lo grandioso que es ver una sala tan grande iluminada con luz del sol.
En la parte más alta de la cueva descubrimos que, lamentablemente, hay pintadas, indudablemente realizadas por algún espeleólogo que se quedó encerrado y esperaba enviar un mensaje a los futuros visitantes después de que muriera, o si no por algún vándalo irrespetuoso con el medio ambiente.
La subida nos costó algo más que la bajada. En concreto, rover subió en 8 minutos, cespedes en 9 y Trini en 28.
Cuando volvimos a la superficie era ya un poco tarde para entrar en la otra, así que lo dejamos para el día siguiente.
Sábado 8. Nos levantamos a las 9 (esta vez son cespedes y Trini los que despiertan a rover) y hacemos un desayuno ligero: tostadas con aceite, bizcochos, zumo, café, leche, algo de fruta y un plato de pote gallego.
Nos dirigimos hacia la Llenca del Serrano. En la boca nos encontramos a un par de ciclistas que nos preguntan por la cueva, y después a tres tíos del Lega. Nos dejan entrar primero, dicen que van a desayunar algo antes y luego bajan.
La bajada es muy similar a la del Campillo; un pozo en volado desde la superficie, pero la boca es más estrecha y comienza con un tubo, lo que supone que en la sala entra mucha menos luz que en la sima del Campillo. La bajada no es tan espectacular, ya que nuestros ojos aún no están acostumbrados a la oscuridad y no se ve prácticamente nada.
Desde abajo no parece nada espectacular, y empezamos un poco perdidos porque no sabemos exactamente hacia dónde hay que tirar, pero una vez encontrado el camino y superada la colosal barrera, vemos una sala preciosa, con unas estalactitas, unas banderas y unas coladas que merece la pena contemplar.
A la sala escondida se accede desde unas gateras que hay al comienzo de la pared de la derecha, que está repleta de coladas. Su acceso no es complicado aunque puede llevar algo de tiempo encontrar la gatera adecuada. Dentro de esta sala hay una multitud de formaciones y harán las delicias de los espeleofotógrafos.
La subida no se nos hizo tan dura como la del día anterior, a pesar de que es prácticamente la misma distancia (¿significa eso que estamos más en forma?), y cuando terminamos de subir y estábamos recogiendo todo volvimos a ver a los del Lega, que ya habían desayunado (menos mal, porque eran las 4 de la tarde), y nos dijeron que ya entrarían ellos al día siguiente.
Datos de interés:
Para llegar a Tous hay que coger la salida 861 de la A-7, y seguir las indicaciones hacia el pueblo. Una vez hemos llegado, continuamos por la misma carretera (que conduce hacia el pantano). A unos 4 kilómetros del pueblo hay un desvío hacia la izquierda, que lleva al pantano, y que tenemos que dejar de largo, para coger un par de kilómetros después una pista a la derecha en muy buenas condiciones, recién asfaltada, con una indicación hacia el depósito contra incendios de Tous.
Más adelante hay un desvío hacia la izquierda, también con indicaciones hacia el depósito, que tenemos que tomar. Algo después, y siguiendo el camino dejaremos a la izquierda un desvío que conduce al depósito, con una indicación de que está a 1.9km, llegando más adelante a un cruce, en el que seguimos de frente pasando por un desmonte. Poco después veremos a la izquierda una zona donde dejar el coche, junto a un hito y una senda rocosa que conduce tras unos 100 metros a la misma boca de la sima de la Llenca del Serrano. Si seguimos por el camino llegaremos a la sima del Campillo, poco más de un kilómetro después a la derecha hay una pista en muy malas condiciones, y dejaremos el coche ahí mismo, puesto que la boca está a menos de un kilómetro por esa pista, que enseguida se convierte en senda.
Componentes: cespedes, rover, Trini
El lunes pasado estuvimos en el club, como todos los miércoles, para ver qué planes había para el fin de semana y a cuál nos apuntábamos.
Y cuál fue nuestra sorpresa al darnos cuenta de que nadie, repito, nadie de los habituales quería ir de espeleo. Y no es porque tuvieran socorro, ni algún curso, ni entrenamiento, ni competiciones; simplemente, estaban todos demasiado vagos como para salir. Así que decidimos montarnos nuestra propia salida, yendo a algún sitio que no conociéramos.
cespedes tiene un tío con casa en Valencia, y teniendo en cuenta que es prácticamente el único sitio de la península que iba a tener un tiempo aceptable, pensamos que sería interesante visitar alguna sima de la zona. Isaac nos recomendó el libro "Grandes Cuevas y Simas del Mediterráneo", así que lo cogimos para ver qué se podía hacer. Y nos decidimos por estas dos simas: Campillo y Llenca del Serrano, que son parecidas: las dos tienen bocas anchas, que dan a un pozo vertical por el que se baja en volado hasta una sala enorme, que constituye prácticamente toda la cavidad.
El jueves 7 de diciembre, a eso de las 21:00 salimos de Madrid, llegando sin muchos problemas (salvo un poco de lluvia y niebla por el camino) a Valencia a la 1:00. Tortilla de rover para cenar, comenzamos a ver un screener patético de la película "El Monje", y a la cama.
El viernes 8, rover nos despertó a las 10, desayunamos y nos dirigimos hacia la sima del Campillo, con la intención de hacerla por la mañana y la Llenca del Serrano por la tarde.
La encontramos sin muchos problemas, gracias a las coordenadas que nos dio Gabi, y nos pusimos con ello. Instala rover, sigue Trini y cierra cespedes.
La bajada es impresionante; la boca de entrada está directamente en la parte más alta de una sala de 225x100 metros, con una bajada de 52 metros en volado desde la que se ve prácticamente toda la sala, gracias a la cantidad de luz del día que entra por la boca.
El techo está lleno de pequeñas estalactitas, y en el suelo hay muchos bloques de rocas y algunas estalagmitas enormes. Todo el interior de la sala es fácilmente accesible, pero no tiene demasiado interés, aparte de lo grandioso que es ver una sala tan grande iluminada con luz del sol.
En la parte más alta de la cueva descubrimos que, lamentablemente, hay pintadas, indudablemente realizadas por algún espeleólogo que se quedó encerrado y esperaba enviar un mensaje a los futuros visitantes después de que muriera, o si no por algún vándalo irrespetuoso con el medio ambiente.
La subida nos costó algo más que la bajada. En concreto, rover subió en 8 minutos, cespedes en 9 y Trini en 28.
Cuando volvimos a la superficie era ya un poco tarde para entrar en la otra, así que lo dejamos para el día siguiente.
Sábado 8. Nos levantamos a las 9 (esta vez son cespedes y Trini los que despiertan a rover) y hacemos un desayuno ligero: tostadas con aceite, bizcochos, zumo, café, leche, algo de fruta y un plato de pote gallego.
Nos dirigimos hacia la Llenca del Serrano. En la boca nos encontramos a un par de ciclistas que nos preguntan por la cueva, y después a tres tíos del Lega. Nos dejan entrar primero, dicen que van a desayunar algo antes y luego bajan.
La bajada es muy similar a la del Campillo; un pozo en volado desde la superficie, pero la boca es más estrecha y comienza con un tubo, lo que supone que en la sala entra mucha menos luz que en la sima del Campillo. La bajada no es tan espectacular, ya que nuestros ojos aún no están acostumbrados a la oscuridad y no se ve prácticamente nada.
Desde abajo no parece nada espectacular, y empezamos un poco perdidos porque no sabemos exactamente hacia dónde hay que tirar, pero una vez encontrado el camino y superada la colosal barrera, vemos una sala preciosa, con unas estalactitas, unas banderas y unas coladas que merece la pena contemplar.
A la sala escondida se accede desde unas gateras que hay al comienzo de la pared de la derecha, que está repleta de coladas. Su acceso no es complicado aunque puede llevar algo de tiempo encontrar la gatera adecuada. Dentro de esta sala hay una multitud de formaciones y harán las delicias de los espeleofotógrafos.
La subida no se nos hizo tan dura como la del día anterior, a pesar de que es prácticamente la misma distancia (¿significa eso que estamos más en forma?), y cuando terminamos de subir y estábamos recogiendo todo volvimos a ver a los del Lega, que ya habían desayunado (menos mal, porque eran las 4 de la tarde), y nos dijeron que ya entrarían ellos al día siguiente.
Datos de interés:
Para llegar a Tous hay que coger la salida 861 de la A-7, y seguir las indicaciones hacia el pueblo. Una vez hemos llegado, continuamos por la misma carretera (que conduce hacia el pantano). A unos 4 kilómetros del pueblo hay un desvío hacia la izquierda, que lleva al pantano, y que tenemos que dejar de largo, para coger un par de kilómetros después una pista a la derecha en muy buenas condiciones, recién asfaltada, con una indicación hacia el depósito contra incendios de Tous.
Más adelante hay un desvío hacia la izquierda, también con indicaciones hacia el depósito, que tenemos que tomar. Algo después, y siguiendo el camino dejaremos a la izquierda un desvío que conduce al depósito, con una indicación de que está a 1.9km, llegando más adelante a un cruce, en el que seguimos de frente pasando por un desmonte. Poco después veremos a la izquierda una zona donde dejar el coche, junto a un hito y una senda rocosa que conduce tras unos 100 metros a la misma boca de la sima de la Llenca del Serrano. Si seguimos por el camino llegaremos a la sima del Campillo, poco más de un kilómetro después a la derecha hay una pista en muy malas condiciones, y dejaremos el coche ahí mismo, puesto que la boca está a menos de un kilómetro por esa pista, que enseguida se convierte en senda.