Siguiendo con la saga "hacer tope", aquí estamos otra vez, esta vez en la Juana 2 durante 10 horas de cueva. Picamos 6 personas, 4 katiuskos (Juanfe, Nuria, Santi, rover) y 2 del GAEM (Luis y Pedrito). Me dejan instalar a mí (rover) con Nuria de segunda... yo voy perdiendo los spits como siempre, pero tras una paradita de Pedrito a clavar un taco (había dos rotos y uno que funcionaba un poco más lejos, y ya sabéis que aunque sean unos pocos centímetros la diferencia puede ser grande), llegamos a la base de los pozos sin mayores problemas. Quedaba el último pozo, lo bajamos con cuerda de 12mm, porque se supone que habría roces, que Juanfe evitó con dos desviadores y sendos spits que estaban muy bien puestos en el sitio oportuno.
A partir de aquí es donde empieza lo "divertido": te cuelas por el fondo del pozo a la galería inferior, que en seguida se bifurca en dos, una de ellas lleva al lago azul, una preciosidad que no hay que perdérsela aunque no quieras llegar al final. Regresas del lago, y la galería, que es más o menos angosta a ratos, sigue y sigue, convirtiéndose en meandro desfondado otro ratito, gatera estrecha, laminador, resalte con cuerda de nudos, y un sinfín de decenas y decenas de metros agachado, también te puedes poner de pie durante unos metrillos... hasta que llegas a un laminador muy pero que muy estrecho, de esos que sólo te dejan espacio para que quepas tú, el casco de lado si es que cabe... sí, de esos que podrían salir en nuestras pesadillas, eso si no fuéramos espeleo-adictos y tuviéramos pesadillas con cuevas... en nuestros sueños cualquier pozo largo y cansado, laminador angosto o gatera interminable son agradables ;-)
Bueno, que se me distraigo, a lo que iba: después del super laminador llegas a una gatera con agua en el suelo, te mojas algo seguro, dependiendo de tu habilidad puede que una mano, una rodilla... o enterito. No es muy larga, sólo son unos pocos metros, lo peor es que después hay una sala caótica que no parece tener continuación... FIN de la cueva, ains, te mojas total para 10 metros más de cueva...
Pedrito y Juanfe se metieron por encima de un bloque, pero no encontraron nada relevante, todo muy estrecho y no parecía que hubiera continuación. Mientras nuestros intrépidos exploradores de estrecheces se divertían de lo lindo, Santi se entretuvo en la gatera mojada, y achicando agua con las manos consiguió bajar el nivel del agua más de 10cm, lo que le agradecimos mucho, pues era suficiente para mojarte algo menos. Después, todo recto, la vuelta como siempre se nos hizo más corta que la ida, y a sudar un ratito en los pozos y volados casi interminables. En definitiva, no era tan estrecha ni tan cansada como nos decían, y la experiencia ha merecido la pena. rover
A partir de aquí es donde empieza lo "divertido": te cuelas por el fondo del pozo a la galería inferior, que en seguida se bifurca en dos, una de ellas lleva al lago azul, una preciosidad que no hay que perdérsela aunque no quieras llegar al final. Regresas del lago, y la galería, que es más o menos angosta a ratos, sigue y sigue, convirtiéndose en meandro desfondado otro ratito, gatera estrecha, laminador, resalte con cuerda de nudos, y un sinfín de decenas y decenas de metros agachado, también te puedes poner de pie durante unos metrillos... hasta que llegas a un laminador muy pero que muy estrecho, de esos que sólo te dejan espacio para que quepas tú, el casco de lado si es que cabe... sí, de esos que podrían salir en nuestras pesadillas, eso si no fuéramos espeleo-adictos y tuviéramos pesadillas con cuevas... en nuestros sueños cualquier pozo largo y cansado, laminador angosto o gatera interminable son agradables ;-)
Bueno, que se me distraigo, a lo que iba: después del super laminador llegas a una gatera con agua en el suelo, te mojas algo seguro, dependiendo de tu habilidad puede que una mano, una rodilla... o enterito. No es muy larga, sólo son unos pocos metros, lo peor es que después hay una sala caótica que no parece tener continuación... FIN de la cueva, ains, te mojas total para 10 metros más de cueva...
Pedrito y Juanfe se metieron por encima de un bloque, pero no encontraron nada relevante, todo muy estrecho y no parecía que hubiera continuación. Mientras nuestros intrépidos exploradores de estrecheces se divertían de lo lindo, Santi se entretuvo en la gatera mojada, y achicando agua con las manos consiguió bajar el nivel del agua más de 10cm, lo que le agradecimos mucho, pues era suficiente para mojarte algo menos. Después, todo recto, la vuelta como siempre se nos hizo más corta que la ida, y a sudar un ratito en los pozos y volados casi interminables. En definitiva, no era tan estrecha ni tan cansada como nos decían, y la experiencia ha merecido la pena. rover