El miércoles pasado estuvimos hablando de la posibilidad de ir unos cuantos a la Cueva de las Majadillas, junto con unos cuantos de fuera del club, para darla a conocer y para enseñarles un poquito qué es esto de la espeleo.
En un principio íbamos a ser 5 ó 10 personas, pero empezó a apuntarse gente y más gente... y el sábado nos vimos en la entrada de la cueva nada menos que 33 personas (14 de los cuales son miembros del club), con edades comprendidas entre los 5 y los 55 años; algunos, espeleólogos expertos, mientras que para otros era su primera cueva.
Sin duda esto ha convertido la salida en una de las más concurridas de la historia del Katiuskas, tal vez solo superada por concentraciones, cursos, cenas de navidad o por los Kati-Flash.
A la entrada montamos un tinglado con 3 poleas, una cuerda y un arnés Singing Rock que íbamos pasándonos unos a otros, para bajar (y luego subir) lo más rápidamente posible y para permitir que gente sin experiencia pudiera entrar y salir de la cueva sin problemas.
En un principio íbamos a ser 5 ó 10 personas, pero empezó a apuntarse gente y más gente... y el sábado nos vimos en la entrada de la cueva nada menos que 33 personas (14 de los cuales son miembros del club), con edades comprendidas entre los 5 y los 55 años; algunos, espeleólogos expertos, mientras que para otros era su primera cueva.
Sin duda esto ha convertido la salida en una de las más concurridas de la historia del Katiuskas, tal vez solo superada por concentraciones, cursos, cenas de navidad o por los Kati-Flash.
A la entrada montamos un tinglado con 3 poleas, una cuerda y un arnés Singing Rock que íbamos pasándonos unos a otros, para bajar (y luego subir) lo más rápidamente posible y para permitir que gente sin experiencia pudiera entrar y salir de la cueva sin problemas.